Practicar la bondad beneficia y modifica nuestro cerebro
Ningún acto de bondad, por pequeño que sea, será una pérdida de tiempo. Es en estos gestos cargados de afecto y reconocimiento donde se encierra la auténtica sabiduría, esa que beneficia a nuestro cerebro y que nos conecta con los demás de la forma más íntegra y noble posible.